La historia de Casa Malí, data del año 1934, eran originalmente dos edificios, el primero tenía entrada por la calle de Chilpancingo y el segundo por Avenida México. Ambos fueron adquiridos por ahí del año 1934 / 1935 y se compraron con la idea de generar rentas.
Poco después, vino la época donde Lázaro Cárdenas amenazó con expropiar todos los vienes que tuvieran personas extranjeras, por lo que se tuvieron que poner a nombre de dos personas con nacionalidad mexicana ya que los dueños originales eran españoles. Años mas tarde vino la ley donde se congelaron las rentas y el edificio cayó en una condición de muy poco mantenimiento, razón por la cual, se fue deteriorando. Sin embargo, esto resultó en que no sufriera modificación alguna y se conservara en apariencia tal y como estaba en su construcción.
Las construcciones fueron catalogadas por el INHA y por el INBA gracias a lo que conservan su estilo Art Decó, tan icónico de la Colonia Condesa. En ambos edificios la mayoría de los inquilinos eran de origen judío, pues venían huyendo de Europa de la Segunda Guerra Mundial, principalmente Sefardíes y Levís que le dieron vida a los edificios por varias decádas.
Pasados los años el edificio fue heredado, se le empezaron a hacer mejoras para levantarlo y darle un segundo aire, y así, tratar de arreglar y mejorar los ingresos de las rentas. Al fallecimiento del dueño, los hijos y actuales dueños se dieron a la tarea de restaurarlo y convertirlo en hotel, aquí entró en escena Dominion Housing, primero para analizar la factibilidad del proyecto y después para iniciar un proceso de transformación en alianza con el Arquitecto Mario Armela. Desde siempre la idea principal fue conservar la arquitectura del lugar, pues el edificio esta protegido y catalogado ya que es, de los primeros en la Condesa. Hoy, al pasear por su interior, podemos subir las escaleras (las cuales conservan el barandal original) y ver fotografías de los años 50s, lo cual nos hace sentir que viajamos por el tiempo.
La habilidad del Arq. Armela en combinación con la experiencia y creatividad del equipo de Dominion, arrojaron como resultado un espacio único. Habitaciones amplias y cómodas que resuelven las necesidades del viajero mas exigente y lo hacen sentir como en casa ya que todas tienen estancia, cocina, una decoración que combina la modernidad y la esencia Art Decó del espacio, y hasta centro de lavado para aquellos que viajan por periodos más prolongados.
Un dato espectacular que distingue por mucho y complementa el lugar, es el Candil con cristales Checoslovacos que adorna el lobby del Hotel, este estuvo en su forma original (que no es la actual) en una casa señorial en Polonia. El candil después de la Segunda Guerra Mundial llegó desarmado a México por el puerto de Veracruz en 1948 y llegó a una casa de venta de candiles en Av. Coyoacán en 1950.
Su actual armazón y esqueleto se fabricó y armó en México, utilizando el 80% aproximadamente de las piezas de cristal Checoslovaco, fue adquirido a finales de 1952 y estuvo colgado hasta 1990 en un amplísimo hall en una casona de la Colonia Del Valle.
A la venta de la casa por parte de la familia, el candil se guardó en una caja de madera hasta la inauguración de Casa Malí en noviembre del 2015, a partir de esa fecha el candil luce majestuosamente engalanando la primera vista del lugar.
Cada elemento del proyecto contribuye a un encanto especial, como el piso, que es de pasta, artesanal, y que se mandó a hacer para recrear los mismos de la época. La fachada es la original, lo cual le da una personalidad única a Casa Malí, nombre que adquirió esta propiedad en honor a la mamá de los cuatro hermanos que decidieron convertir este lugar en hotel.
El hotel boutique es exclusivo y el servicio personalizado, Casa Malí es la opción ideal para el viajero exigente que busca la más alta calidad, privacidad, comodidad y además es "pet friendly". La ubicación es privilegiada con el frente a pleno Parque México. Desde la escalera interna se ven los árboles del parque que en primavera nos regala una estampa inolvidable repleta de Jacarandas.
Comentários